Señor no me abandones, te pido perdón por los momentos en que ciego por la felicidad olvidé que has sido Tú quien me la ha mandado; hoy que necesito de tu auxilio te suplico no apartes tu rostro de mí, pues la vida es vacía y estéril si tu presencia, sin tu amor. Amén.
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La bendición de Dios sea sobre tu familia y sobre quienes reciban este mensaje.