“Inclina tu oído, Señor, escúchame, que soy un pobre desamparado…”
– Lectura del libro de Isaías 58, 9-14
“El Señor te guiará siempre, hartará tu alma en tierra abrasada, dará vigor a tus huesos. Serás un huerto bien regado, un manantial de aguas que no engañan.”
– Salmo 85, 1-2. 3-4. 5-6
R/. Enséñame, Señor, tu camino, para que siga tu verdad “Porque tú, Señor, eres bueno y clemente, rico en misericordia con los que te invocan. Señor, escucha mi oración, atiende a la voz de mi súplica.”
– Lectura del santo evangelio según san Lucas 5, 27-32
“En aquel tiempo, vio Jesús a un publicano llamado Leví, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: «Sígueme». Él, dejándolo todo, se levantó y lo siguió. Leví ofreció en su honor un gran banquete en su casa, y estaban a la mesa con ellos un gran número de publicanos y otros. Y murmuraban los fariseos y sus escribas diciendo a los discípulos de Jesús: «¿Cómo es que coméis y bebéis con publicanos y pecadores?» Jesús les respondió: «No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a que se conviertan».”
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La bendición de Dios sea sobre tu familia y sobre quienes reciban este mensaje.